En voz del capitán Calamar

Bitácora del Calamar
a 10 de abril de no se cuantos..."

-Hora de irnos-
-Como usted diga capitán- contestó Francois
Un brillante sol iluminaba la senda de un grupo de piratas que atravesaban la isla con rapidez y sigilo, el capitán Antoine se desplazaba muy de prisa pisando la yerba y cortando con una espada toda maleza que se aparecía en su camino.  
De vez en cuando daba la vuelta sin dejar de avanzar vigilando todo su entorno. Solo el sabia lo que buscaba, el capitán solía ser muy reservado y esporádico, algunas personas decían que tenia ojos en la nuca por su increíble capacidad de percepción. De pronto detuvo su andar e hizo un gesto con la mano levantándola, como saludando hacia atrás y los demás también pararon.  Se encontraban frente a una caverna, de lejos podía simular la figura de una tortuga, la entrada se encontraba a unos metros delante de ellos y un poco de vegetación a los alrededores daba el aspecto de un antiguo camino el  cual casi nunca era atravesado.

El capitán espero un poco sin decir una sola palabra, después miro hacia el suelo y tomo un par de rocas que estaban a un costado de el, aventó una de ellas hacia el interior de la cueva y solo pudo escuchar el eco de esta al chocar contra una pared, tomo la segunda y esta la arrojó hacia el suelo, cerca de la entrada. La roca se hundió un poco y el Capitán levanto ambas cejas y relajo su mirada.
-François, hay un enorme hoyo justo delante de nosotros. Sin duda se trata de una vieja trampa. Encárgate de ella y revisa si hay alguna otra-
-A sus órdenes capitán, enseguida-

El capitán dedico un momento a observar aquella cueva, alguna marca, alguna señal. Tomo un revolver y disparó hacia el interior, solo un enorme eco rezumbó y un grupo de grullas que se encontraban escondidas emprendieron el vuelo, no estaba convencido del todo y disparó en los contornos de la entrada, una explosión fue detonada derrumbando algunas rocas y revelando mas hoyos adentro de esta. El capitán se acerco un poco más y después se detuvo nuevamente, alguien se acercaba. Regresó donde sus marinos y les hizo callar, con su revolver en mano se recargó en una palmera y miró de reojo a dos personas que se acercaban a la caverna. En medida que se acercaban sus palabras eran cada vez más claras:
-Parece que alguien ya ha estado aquí, démonos prisa.
Banam conducía a Tofull hacia el interior de la caverna. Tofull miraba con atención los recientes agujeros en el suelo y algunas rocas y sedimento se estorbaban la entrada y un poco de humo podía percibirse a contra luz. Escuchaba atento las palabras de Banam.

-Alguien estuvo aquí, hace poco…Tofull ¡no estamos solos! – exclamo
Tofull miró atentamente a los alrededores, desenfundo su arma y retrocedió un paso.
-Entremos a la caverna Banam- Tal vez estemos mas seguros adentro.-
-También puede ser una trampa, no Tofull, estamos en problemas-contestó Banam

Dicho esto, Banam gritó:
-Mi nombre es Banam y el es Tofull, pertenecemos a la aldea de los habitantes de Nitten, los Nici, al sur de esta isla, estés donde estés muéstrate, no tenemos intención de pelear y mucho menos hacerte daño.- Tofull guardo su arma.

Un silencio inesperado se hizo presente en la escena, poco después fue interrumpido por el canto de las aves que cruzaron el cielo desapareciendo en el horizonte, y la entonada voz de un hombre resonó frente a Banam y Tofull.
-¿Tofull haz dicho?-
Tofull contesto en voz alta:
-Mi nombre es P´ohang Tofull, de Masan, ¿quien eres tu?-.
Pasaron unos cuantos segundos y el capitán Antoine salió de su escondite al encuentro con Tofull. Éste camino con cautela hacia ellos y sus hombres lo siguieron.
-Soy el capitán Antoine Calamar y ésta es mi tripulación… Dime donde esta mi hijo Tofull-.
Tofull no podía creer lo que escuchó. 

Continúa...