Bitácora del Calamar
A 18 de abril de no se cuantos…”
-Esta construcción es extraordinaria Capitan, debe ser aquí donde todos los tesoros deben estar escondidos- comento uno de los hombres del capitán Calamar.
-Así debe ser Viktor, lo cual no es de nuestro interés o al menos no por ahora- añadió el capitán Calamar. – Síganme, si alguno de ustedes ve a Banam dígamelo.-
El singular grupo había llegado al templo de la aldea, esta era una construcción excepcionalmente extraordinaria, en las amplias paredes se encontraban figuras de hombres talladas a mano sobre una piedra parecida a la pirita, de un brillo casi dorado y estas hacían reverencia al sol y a la muerte que era emulada por esqueletos y cráneos. La fachada era alta, posiblemente 4 pisos y en cada nivel una historia diferente, la llegada de un gran hombre, el sol siendo nublado por un par de nubes y en el último de estos plantas, una gran construcción y un gran sol desprendiendo de su majestuosa luz el brillo que iluminaba un gran templo; había también una gran puerta de pino que no combinaba ante el color y la luminosidad de la construcción, la puerta por un costado estaba abierta y los hombres de mar entraron sigilosamente cuidándose unos a otros de aquello que podrían encontrar, el capitán lideraba al grupo.
Entraron y de pronto un frio les recorrió el cuerpo y una extraña niebla se aproximaba hacia ellos, pronto se vieron envueltos y cobijados por ella y luchaban por no perderse en aquel camino, de pronto el sendero que tenia piso firme y duro cambio a un camino de tierra, piedras y arbustos en una atmosfera gris y llena de misticismo.
-¿Capitán donde está?, no veo a ninguno de los demás- exclamo uno de sus hombres-
-Calma Charles, no se muevan y presten atención a sus oídos. Posiblemente nada de lo que vemos existe en realidad y solo se trata de una ilusión, recuerdan aquel Kraken?-
Dicho esto se escucho el chillido de unos monos salvajes y el eco de estos, el silbar de algunos pajaros y el sonido del viendo acariciando sus oídos, el frio era ártico y tratar de buscarse uno a otro resultaría imposible.
-¡Capitán, capitán por favor venga! ¡Estoy aterrado!- grito con desesperación Charles-
Nadie contesto a su llamado…
-¡Capitán no me deje solo por favor!-
No hubo respuesta para Charles de ninguno de sus compañeros ni del mismo capitán.
-Escúchenme todos - dijo el capitán – vamos a regresar por el mismo camino por el cual llegamos, ¿entendido?-dijo para todos el capitán, pero nadie respondió a su voz.
-Charles, Viktor, Steven, se que están ahí y que están bien, ¡escuchenme!-
El ambiente permanecia de la misma manera, la naturaleza impedía el contacto con sus camaradas y pronto el Capitán se dio cuenta que estaba siendo presa de una ilusión.
-Maldita sea, volvi a caer en sus trampas.-
-Así debe ser Viktor, lo cual no es de nuestro interés o al menos no por ahora- añadió el capitán Calamar. – Síganme, si alguno de ustedes ve a Banam dígamelo.-
El singular grupo había llegado al templo de la aldea, esta era una construcción excepcionalmente extraordinaria, en las amplias paredes se encontraban figuras de hombres talladas a mano sobre una piedra parecida a la pirita, de un brillo casi dorado y estas hacían reverencia al sol y a la muerte que era emulada por esqueletos y cráneos. La fachada era alta, posiblemente 4 pisos y en cada nivel una historia diferente, la llegada de un gran hombre, el sol siendo nublado por un par de nubes y en el último de estos plantas, una gran construcción y un gran sol desprendiendo de su majestuosa luz el brillo que iluminaba un gran templo; había también una gran puerta de pino que no combinaba ante el color y la luminosidad de la construcción, la puerta por un costado estaba abierta y los hombres de mar entraron sigilosamente cuidándose unos a otros de aquello que podrían encontrar, el capitán lideraba al grupo.
Entraron y de pronto un frio les recorrió el cuerpo y una extraña niebla se aproximaba hacia ellos, pronto se vieron envueltos y cobijados por ella y luchaban por no perderse en aquel camino, de pronto el sendero que tenia piso firme y duro cambio a un camino de tierra, piedras y arbustos en una atmosfera gris y llena de misticismo.
-¿Capitán donde está?, no veo a ninguno de los demás- exclamo uno de sus hombres-
-Calma Charles, no se muevan y presten atención a sus oídos. Posiblemente nada de lo que vemos existe en realidad y solo se trata de una ilusión, recuerdan aquel Kraken?-
Dicho esto se escucho el chillido de unos monos salvajes y el eco de estos, el silbar de algunos pajaros y el sonido del viendo acariciando sus oídos, el frio era ártico y tratar de buscarse uno a otro resultaría imposible.
-¡Capitán, capitán por favor venga! ¡Estoy aterrado!- grito con desesperación Charles-
Nadie contesto a su llamado…
-¡Capitán no me deje solo por favor!-
No hubo respuesta para Charles de ninguno de sus compañeros ni del mismo capitán.
-Escúchenme todos - dijo el capitán – vamos a regresar por el mismo camino por el cual llegamos, ¿entendido?-dijo para todos el capitán, pero nadie respondió a su voz.
-Charles, Viktor, Steven, se que están ahí y que están bien, ¡escuchenme!-
El ambiente permanecia de la misma manera, la naturaleza impedía el contacto con sus camaradas y pronto el Capitán se dio cuenta que estaba siendo presa de una ilusión.
-Maldita sea, volvi a caer en sus trampas.-
Continua…..
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