Bitácora del Calamar
a 6 de mayo de no se cuantos..."
-¡Magnifico, sencillamente magnifico!- Exclamo el capitán Calamar asombrado al descubrir aquel hermoso fuego verde que derramaba llamas en todas direcciones, yacía éste en el suelo y la neblina que lo rodeaba comenzó a desaparecer rápidamente, pronto el capitán acercó un trozo de madera para contagiar aquella lumbre para si.
-No hace falta atizarse capitán – añadió Drago – basta con ser creado para jamás ser destruido y este fuego no quema, solo da luz para quien pueda servir.
-¿Estas diciendo que puedo tocarlo sin ser quemado?- pregunto el capitán.
-Tal como lo escucho mi señor, mire déjeme mostrarle.
Drago se agacho y se mantuvo en cuclillas, unió sus manos por los costados de estas y las empujo hacia la llama verdosa, como queriendo atraparla, la llama saltaba lentamente hacia sus manos y parte de ese fuego ahora se sostenía en sus palmas, la niebla que lo abrazaba pronto se desprendió de él.
-Hágalo usted mismo capitán, como yo lo he hecho.- susurró Drago.
Enseguida Víctor y el capitán hicieron la misma acción de Drago y ahora ambos sostenían aquella llama.
- Los que faltan, tomen un poco de fuego en sus manos y síganme.- Dijo el capitán – Drago. ¿Si este fuego nunca se extinguirá que haremos con el?
- Tenemos que regresar el fuego a la llama principal y llevarla con nosotros, no podemos dejarla aquí sin nadie cerca, las consecuencias serian grandes señor.
No pudo evitar su curiosidad y el capitán pregunto una vez más - ¿Qué pasaría si la dejáramos aquí?
- Este fuego es muy inestable cuando no escucha voces humanas, puede descontrolarse y crecer desmedidamente, por eso nunca debe dejarse solo. Cuando esto pasó en el pueblo de Najdorf, tuvimos que recurrir al sacrificio humano para apaciguarlo, de otra manera este nunca iba a dejar crecer y por tanto, hacer inhabitable no solo el pueblo, sino todo el país.-Contestó.
-¿Existe oxígeno en este fuego Drago? –inquirió un poco mas el capitán.
-No en absoluto señor, nadie sabe de que esta hecho.
-Alguna vez escuche acerca del fuego eterno Drago, pero nunca imagine que lo llegaría a tener en mis propias manos.
La tripulación entera tomó en sus manos aquella lumbre mística y comenzaron a explorar el lugar, al principio no pudieron percibir nada más que el ruido del viento y los sonidos de la jungla pero conforme avanzaban se dieron cuenta que no había nada de lo que creyeron que existía y que posiblemente se trata de una ilusión. La neblina se disipó por completo y lo que apareció frente a sus ojos fue el lugar donde comenzaron, aquel templo Nicci, las estatuas de los antiguos guerreros en pirita y el fenomenal y gigantesco atrio donde las ceremonias eran celebradas, también pudieron darse cuenta que todo ese tiempo jamás salieron de ahí y que la salida se encontraba directamente frente a ellos.
Regresaron todos juntos donde el fuego primario ardía con intensidad y depositaron el fuego en el, este se acrecentó un poco y Drago preparó un candelabro que había tomado de una de las estatuas que adornaban el templo, lo depositó en él y salieron del templo, pudieron ver nuevamente la luz del día y a los habitantes aglomerados en la entrada como si esperaran algo o los esperaran a ellos, de inmediato el capitán dedico una sonrisa a todos quienes sorprendidos los miraban y un joven habitante de la aldea se acerco a ellos.
-Capitán Calamar ¿Cómo es que ha podido sobrevivir al laberinto del templo?
El capitán dejo de sonreír y pregunto:
-¿Es que acaso no teníamos salida?
- Nadie había sobrevivido al laberinto del templo Nici, no me di cuenta en que momento entraron al templo, pero en cuanto me enteré corrí en su búsqueda. Banam hablo conmigo y con todos nosotros acerca de su tripulación, capitán Calamar lamento este incidente.
-Gracias amigo mió, ¿Cuál es tu nombre?
- Abbul señor. –contestó.
-Muy bien Abbul, ¿sabes entonces donde esta Banam?
- Si señor, él y un hombre llamado Tofull marcharon con rumbo hacia la caverna que tiene forma de una tortuga.
- Gracias por esta información Abbul, ¡Drago! – exclamo el capitán.
- A sus ordenes capitán Calamar.
-Entrega a este hombre el candelabro que llevas en tus manos, Abbud, este es un regalo que te entrega la tripulación del capitán Calamar, es el fuego eterno. Seria un hermoso adorno en la oscuridad del templo Nici ¿no crees amigo mió?
Abbud parecía no haber entendido lo que el capitán decía, ¿fuego eterno?, tomó el candelabro y al examinar su interior pudo ver en esa hermosa llama verde que ardía con excitación una sensación de tranquilidad, Abbud hizo una reverencia al capitán y llevo el fuego al templo en compañía de otros aldeanos.
-Drago, alcanza a ese chico y dale explicación de lo que es el fuego verde y sus cuidados, puedo ver que no entendió bien mis palabras.
Drago asintió y corrió tras el Abbud. Tras explicarle de lo que se trataba Abbud liberó un poco de lumbre en sus manos y se sorprendió de tal manera que congregó a todas las personas que estaban a su alrededor y explico en un lenguaje con mucho seseo lo que al parecer era una idea de lo que era el fuego verde. Todos quienes prestaron atención a las palabras de Abbud voltearon en busca del capitán pero este ya se había ido, al igual que Drago, que huyó del lugar al ver la señal que el capitán Calamar hizo.
jueves, 6 de mayo de 2010
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2 comentarios:
MUY BUENA BITACORA, CADA VEZ ESTA MAS INTERESANTE
ATTE:ELIZA
Q ondix a todosss espero que me siguan en mi twitter; please siganme mi twitter es Chrisselyn
Baloo yo te suigo pero no lo utilizas vrdd? sigueme para que los demas tambien puedan
grax
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